BICENTENARIO INDEPENDENCIA DEL PERU - Primera Parte

ANOTACIONES HISTÓRICAS EN ANCASH

1821-2021: Parte I

Por: Julio César Sotelo Falcón
Compilador e Investigador
Huaraz, 1-Marzo-2018

“Un pueblo que desconoce, o cambia su historia a su gusto,
es un pueblo sin raíces y sin memoria”

Ciudad de Huaraz y nevados de la Cordillera Blanca: Vallunaraju, Ranrapalca, Rima Rima y Churup;
lugar de nacimiento del Primer gran Mariscal del Perú Toribio de Luzuriaga. Foto del 2018 (JCSF)

PREAMBULO

A propósito de este motivo histórico para nuestra patria, creo conveniente hacer conocer algunos hechos que registra la historia, y que hurgando en los libros de mi biblioteca deseo hacerlo público. 
Faltan 28 meses antes del 28 de Julio del 2021, y muy pronto se conmemorará los 200 años de nuestra Independencia como República. En estos 200 años la historia recuerda que hay muchos momentos especiales, en los cuales varios personajes participaron antes de que se dé las efemérides del 28 de Julio de 1821.

Habiendo sido Huaraz y la zona sierra de Ancash un lugar muy especial, para conseguir los resultados de la gesta libertaria peruana. Muchos personajes nacidos en esta región participaron directamente y ofrendaron su vida, dinero, bienes materiales, tiempo y sufrimientos en su familia. Esta es una primera entrega de datos para el conocimiento de mis lectores con un artículo referente al Mariscal Toribio de Luzuriaga, nacido en Huaraz y uno de los principales gestores y colaboradores del General José de San Martín en la campaña por libertar 5 países de América del Sur. Más adelante continuaré con esta página para publicar otros hechos de singular importancia histórica. 

Francisco Gonzáles y Aníbal Jorge Luzuriaga. Foto tomada en Argentina.
Para conocer un poco mejor quien fue Luzuriaga, rescato un discurso, de un descendiente directo de éste, me estoy refiriendo al argentino, Profesor y Dr. en Historia, Aníbal Jorge Luzuriaga, quien fue Presidente del Instituto Nacional Belgraniano de Argentina desde 1979 al 2000. Copia de este documento y otros, me fue proporcionado por mi amigo el ilustre huaracino Don Francisco Gonzáles (“panchito”), quien conoció a este descendiente de Luzuriaga en Argentina y lo invitó para que visite Huaraz, hecho que se produjo años después; don Francisco, fue condecorado con la Medalla de Luzuriaga por este digno representante argentino.  

Medalla otorgada a don Francisco Gonzáles en Argentina.

Antes algo para pensar, unas líneas que escribió el General José de San Martín:

“Los ricos y terratenientes se niegan a luchar, no quieren mandar a sus hijos a la batalla, me dicen que enviarán tres sirvientes por cada hijo, sólo para no tener que pagar las multas, dicen que a ellos no les importa seguir siendo una colonia. Sus hijos quedan en sus casas gordos y cómodos, un día se sabrá que esta patria fue liberada por los pobres y los hijos de los pobres, nuestros indios y los negros que ya no volverán a ser esclavos de nadie”

Este párrafo del Gral. José de San Martín, me hizo pensar de como realmente se ejecutaron los hechos y diversas batallas libertarias, viniendo a mi memoria lo que leí alguna vez y lo trasmito ahora, dice así:

“He afirmado muchas veces que la historia, tal como nos la han enseñado, es apenas una caricatura borrosa y deformada de una realidad que fue siempre escamoteada deliberadamente…esa deformación caricaturesca es consecuencia del deseo tácito de todas las fuerzas y poderes implantados a lo largo del tiempo, que han sentido la necesidad de justificar sus actitudes dominadoras recreando y transformando todos aquellos sucesos que podrían contradecir sus pretendidos derechos o su providencial presencia salvífica” (Juan G. Atienza-España, 1985).

En ocasión de su visita a Huaraz el descendiente directo del Mariscal Toribio de Luzuriaga, con saco marrón claro,
Aníbal Jorge Luzuriaga y su hijo con saco plomo, acompañados por el Sr. Salvador Cáceres Ángeles
y la Sra. Violeta Ardiles Poma, quien ofreció un ágape en su casa a tan ilustres personas.

ALOCUCIÓN:

SRA. DIRECTORA DE LA ESCUELA N° 371, AUTORIDADES CIVILES, MILITARES Y FUERZAS DE SEGURIDAD, INVITADOS ESPECIALES, PERSONAL DOCENTE, ALUMNOS:


Mariscal Toribio de Luzuriaga


En mi quíntuple condición de argentino, de historiador, de Presidente del Instituto Nacional Belgraniano, de Miembro de Número de la Academia Sanmartiniana y descendiente del Brigadier General don Toribio de Luzuriaga.

Agradezco con profunda emoción patriótica este sentido homenaje que la histórica Ciudad de Corrientes le tributa, al proclamarlo Patrono de esta prestigiosa Escuela Primaria N° 371, de acuerdo a lo preceptuado en la Resolución N° 785/03, emanada del Consejo General de Educación de la Provincia, en un día tan feliz como el de hoy 16 de abril, aniversario del nacimiento del prócer, hace 212 años.





Firma de Toribio de Luzuriaga
Largo y fuera de lugar sería enumerar todas y cada una de sus acciones, iniciado en la vida militar como Alférez de Caballería el 17 de julio de 1801, participó -según rezan las constancias de sus jefes- en las dos jornadas de las invasiones inglesas en Buenos Aires, en l800-1807. Colaboró y fue uno de los precursores de la “Revolución de Mayo de 1810”, siendo con su hermano, uno de los signatarios de la petición del pueblo, pidiendo la destitución del Virrey.

El 3 de noviembre de 1810 y al frente de los Dragones Ligeros de la Patria, integró la Primer Expedición al Perú a Ordenes del Coronel Ortiz de Ocampo, cubriéndose de gloria su Unidad en el Combate de Yuraicoragua, poniendo en fuga a una división realista cuatro veces superior en número, donde resultó herido.

Escudo de Armas de Luzuriaga
En la penosa retirada después del desastre de Huaqui, el 20 de junio de 1811 integró la Junta de Generales -sin tener todavía ese grado- para acordar el plan de campaña sucesivo. En la retirada hacia Oruro, anoticiado de que los realistas, ante el revés de nuestras tropas, se habían revelado y apoderado de la ciudad, mediante un hábil movimiento de flanqueo, consiguió aplastar la rebelión y continuar hacia Potosí, ya a órdenes de Pueyrredón, donde pudieron apoderarse de los célebres caudales que celosamente protegidos llegaron a Jujuy, para ser entregados a las arcas del Estado naciente, exhausto de recursos.

Esos fueron los inicios de su gloria militar que habría de acrecentar luego como estadista, gobernante, educador y civilizador por excelencia. En rápida sucesión de hechos, podríamos recordar que el 3 de agosto de 1812 fue designado, Teniente Gobernador de Corrientes, donde pacificó la provincia totalmente convulsionada, creó la Capitanía del Puei, inició la construcción del Cabildo, reorganizó totalmente las milicias y remitió a Buenos Aires un contingente de 94 mozos reclutas, dice en su parte, con destino al Regimiento de Granaderos a Caballo.

Quiso Dios que, entre ellos, llegara uno, que se cubrió de gloria en el Combate de San Lorenzo (en Santa Fe), salvando la vida de su ilustre Jefe, el entonces Coronel Don José de San Martín. Me refiero al Sargento Juan Bautista Cabral, natural de Saladas (Corrientes). En uno de mis trabajos he probado documentalmente que en las honras que Luzuriaga tributó al General Belgrano y a su Ejército del Norte por el glorioso triunfo de Tucumán, disponiendo la iluminación de la Ciudad por tres noches consecutivas, desfile de las milicias, acciones de gracias en la Iglesia de la Merced, etc. Y que entre los efectivos que desfilaron en la plaza principal, iba el entonces soldado, Juan Bautista Cabral.

Monumento en la actual Plaza
Mayor de Huaraz
Llamado de Buenos Aires para hacerse cargo del Estado Mayor General del Ejército en diciembre de 1812, tuvo la inmensa satisfacción del triunfo de San Martín en San Lorenzo el 3 de febrero de 1813 y el de Manuel Belgrano en Salta el 20 de febrero del mismo año. El 4 de junio cesa en el Estado Mayor y se le encomienda la nueva creación del Regimiento 7 de Infantería, que en 1814 habría de partir a Tucumán a órdenes de su Jefe Luzuriaga, pedido expresamente por San Martín junto a dos escuadrones de sus famosos Granaderos. Dice el General Paz en su “Memoria”, refiriéndose a ambas Unidades, que, en el Ejército, eran los modelos en sus respectivas armas.

En rápida sucesión de hechos, podríamos citar su designación como Ministro de Guerra por breves días en la caída de Alvear y su pase a Mendoza a órdenes de San Martín, donde había asumido como Gobernador Intendente e iniciado la formación del Ejército de los Andes, tarea en la que descolló Luzuriaga hasta que, en 1816, por pedido de San Martín al Director Supremo, General Pueyrredón, que necesitaba dedicarse exclusivamente a sus tareas, Luzuriaga es designado para sucederle en el mando de Cuyo, realizando como lo documenta la historia, una tarea ciclópea para obtener fondos, hombres y bienes, que permitieron formar ese ejército de la libertad y de la independencia de América que, a órdenes de San Martín, realizó la proeza increíble de dar la libertad a medio continente.

Cuando el virus de la anarquía estalló también en Cuyo, después de los triunfos de Chacabuco y de Maipú que afianzó nuestra independencia y dio la libertad a Chile, Luzuriaga trató por todos los medios de reducir a los sediciosos, del Regimiento de Cazadores de los Andes, sublevados en San Juan, confiando esa misión a los entonces Coroneles Rudecindo Alvarado y Mariano Necochea quienes al no cumplir las instrucciones dadas, creyendo que por otros medios podrían conquistarlos, Luzuriaga dispuso a no derramar sangre inútilmente y exponerse al contagio anárquico de sus tropas; dispuso urgentemente reunirlas y llevarlas hasta los boquetes de la cordillera para cruzar a Chile e incorporarse al resto del Ejército.

Acto seguido, presentó su dimisión al mando, para bajar a Buenos Aires a rendir cuenta de su gestión gubernativa. El Cabildo la rechazó de inmediato por dos veces consecutivas, hasta que al final, apremiado por los sucesos revolucionarios, la aceptó en términos tales que fueron toda una premonición en su futuro: “Esté VS. persuadido que sale de esta Provincia por la puerta grande de la inmortalidad”.

Previa incautación de todos sus bienes, que exigieron los revolucionarios que se hicieron cargo del gobierno, pudo pasar la cordillera para reincorporarse al Ejército Unido Libertador, donde reorganizó tropas, para la expedición al Perú, recibiendo de Chile la Orden de Mérito y los grados de Coronel, General y luego Mariscal de Campo en el Perú, tierra donde había nacido, fue protagonista de su libertad e independencia, proclamada en Lima el 28 de julio de 1821, recibiendo de manos del Libertador -su gran amigo personal y compadre- la alta dignidad de Gran Mariscal y Miembro Fundador de la Orden del Sol.




Investido del rango de Embajador extraordinario, fue comisionado por San Martín para gestionar un amplio acuerdo con las autoridades de las Provincias Unidas, a fin de poder realizar conjuntamente un movimiento de pinzas que envolviera y derrotara definitivamente a los realistas en el Alto Perú. No encontró en Rivadavia, ni en la élite que secundaba y alimentaba su utopía, ni el más mínimo apoyo, ni la más remota posibilidad de colaboración.

San Martín vivió su drama y su calvario en silencio y sin ostentación. Abandonado a su destino, convocó al Congreso General Constituyente del Perú y allí, ante el absorto cuerpo soberano, que no podía creer ni aceptar la inédita decisión del héroe, se despojó de todos los símbolos del poder que había ejercido con el título de “Protector del Perú”, depositando en sus manos el destino de la patria. De todas maneras, su misión estaba cumplida y su culminación era irreversible. Un enfrentamiento con Bolívar hubiera sido catastrófico y suicida. En Buenos Aires, de paso para Europa, le esperaba su amigo Luzuriaga.

Señores: Discúlpenme este desahogo histórico que juzgo ineludible para valorar al héroe; gracias, muchas gracias, por el tiempo que me han dispensado, pero como nobleza obliga, no podría terminar mis palabras sin expresar que, como culminación de esta ceremonia, me será muy honroso entregar sendas medallas del Gral. Luzuriaga a la Sra. De Azula, con destino a esta Escuela; al Dr. Carlos José Vignolo; al Lic. José Enrique García Enciso y a la Sra. Eloisa Chico de Arce. Muchas gracias.

Profesor Dr. Aníbal Jorge Luzuriaga

Foto tomada del Internet

NOTAS ADICIONALES

Un párrafo del libro: “Toribio de Luzuriaga Prócer de la Independencia Americana” (pág. 15) escrito por su descendiente Dr. Aníbal Jorge Luzuriaga, sobre el hogar paterno dice:

“Los padres del prócer fueron personas de alta posición social, como que Don Manuel descendía de una noble familia cuyos antepasados más remotos sirvieron como guerreros en las huestes comandadas por Don Alonso el Católico…De holgada fortuna y residente en Lima, sus negocios mineros lo llevan frecuentemente al interior del territorio. Una de sus sedes comerciales estaba en Huaraz. Allí nació Toribio. Poco se sabe de su infancia, pero no se ignora que tuvo una esperada educación, recibida en el Colegio del Príncipe, de Lima, tradicional establecimiento de enseñanza donde aprendieron sus primeras letras los hijos de las familias de más rancio abolengo en la ciudad virreinal…”.

Referente a la cuna del Prócer, inserto una foto de la hoja 13 del referido libro líneas arriba.

Algo más:

Este benemérito patriota, falleció en la ciudad de Buenos Aires, donde desarrollara su larga y destacada labor, el día 14 de noviembre de 1841. Toribio de Luzuriaga había nacido el 16 de abril de 1782. En apretada síntesis, podríamos decir que fue General de nuestros ejércitos, Mariscal de campo en Chile, Primer Mariscal del Perú, Miembro Fundador de la Orden del Sol, gobernante y estadista, y por sobre todas las cosas, amigo y confidente íntimo del General San Martín. Pobre y olvidado, perseguido y calumniado por los que no podían perdonarle su adhesión al Libertador y a la causa grande de la Libertad y de la Independencia, Murió en la ciudad de Pergamino, provincia de Buenos Aires, después de haber peregrinado por cinco naciones, que conocieron de cerca su entereza, su heroísmo y su consagración a los ideales que defendía.

Antigua Plaza Mayor de Huaraz, antes del sismo del 31.Mayo.1970. Foto Francisco Gonzáles.
Al centro en dirección al templo de San Antonio cerca a la Av. Tarapacá se ubicaba la casa donde se decía
había nacido Toribio de Luzuriaga y tenía una placa recordatoria en su portada.

Carátula del libro que tiene mucha información
sobre los Próceres de la Independencia

Orden del Sol de Perú

Fue creada por José de San Martín, por decreto firmado el 8 de Octubre de 1821, con el propósito de honrar y distinguir a "los guerreros libertadores"; y se otorgaba en tres grados: Fundadores, Beneméritos y Asociados.

Fue suprimida por ley del 9 de Marzo de 1825, debido a que las personas condecoradas empezaron a utilizarlas como privilegio. Fue restablecida por el Presidente Augusto B. Leguía, mediante decreto del 14 de Abril  de 1921, con la denominación de "El Sol del Perú", en cuatro grados: Gran Cruz, Gran Oficial, Comendador y Oficial; después se agregó uno más: el grado de Caballero.

Es una distinción que concede el Estado Peruano a sus ciudadanos y extranjeros destacados en campos como: Las artes, las letras, la cultura, la política y servicios extraordinarios al Perú entre otros.

Fueron acreedores a la primera, entre otros: Bernardo O'Higgins, Simón Bolivar; los generales: Las Heras, Arenales y Luzuriaga; los coroneles: Diego Paroissien y Tomás Guido.

Revista Cultural ASTERISCO (Director Francisco Gonzáles)

“ASTERISCO” N° 7-Huaraz, Noviembre del 2000, en un artículo “Gran Mariscal Luzuriaga mereció ser Presidente del Perú”, escrito por Mauro G. Mendoza Alegre; dice lo siguiente:

No desembarcó en su Patria. La brillante estrella que alumbraba la esforzada acción libertadora de Luzuriaga, comenzó a opacarse cuando llegó al Perú como uno de los tres únicos Generales de la Expedición Libertadora, junto con Juan Antonio Alvarez de Arenales (español) y Juan Gregorio de las Heras (argentino), al mando del Capitán General José de San Martín; quien en forma muy extraña ordenó que el general peruano Toribio de Luzuriaga no desembarcara en Paracas, debiendo permanecer a bordo al mando de la reserva del Ejército Patriota.

Catedral de Huaraz antes del sismo de Mayo, 1970
Debió ser figura central del desembarco. Luzuriaga, “por su condición de peruano, debió ser la figura central de esta ceremonia”, como sostiene en Coronel José Vallejo Fonseca (Las Expediciones Libertadoras. La lucha por la Independencia del Perú, 1959); y que: “Tal vez, le faltó a Luzuriaga, que tenía a la disciplina como su segunda naturaleza, no haber sabido indisciplinarse, como O’Higgins, cuando al pisar el suelo de su Patria y comprender que se le quiso postergar, haciendo marchar delante al general argentino Soler; y pasando por encima de la disciplina y de las órdenes recibidas, colocarse de propia autoridad, en el primer plano, que le correspondía, al llegar a su patria”

Barrio y Templo de La Soledad en Huaraz, antes del sismo de Mayo, 1970. Foto Francisco Gonzáles

Presidente de Huaylas. A su retorno de Guayaquil, San Martín lo mantuvo siempre a Luzuriaga, alejado de la capital y del gobierno central de Perú, nombrándolo Presidente (Prefecto) del Departamento de Huaylas que había creado, al expedir en Huaura el Reglamento Provisional, en febrero de 1821…Sobre esta situación de Luzuriaga, Luís Alayza y Paz Soldán (“Mi País”, 3ra. Serie, 1944) se pregunta: “Por qué San Martín encadenó a este Titán en un lejano picacho de los Andes, destinándolo a una labor administrativa, útil, pero secundaria y absurda?”.

El Ápice de la Gloria. Cuando nuevamente Luzuriaga fue llamado por San Martín a Lima, en la promoción general del Ejército Patriota del Perú, fue ascendido al máximo grado militar de Gran Mariscal, el 22 de diciembre de 1821, y condecorado con la Orden del Sol…

Ocaso del Diplomático. Más tarde, Luzuriaga enterado de la renuncia de San Martín al Protectorado del Perú; cancelado el nombramiento del cargo que desempeñaba por el nuevo gobierno; imposibilitado para poder regresar a su patria; al saber que el gobierno de la Dictadura de Bolívar, había desestimado el ofrecimiento generoso de su gloriosa espada para seguir luchando hasta conseguir la independencia definitiva de las nuevas naciones americanas; decidió retirarse a la vida privada.

Ultima carta a San Martín. El noble Soldado de América, que supo luchar con enemigos declarados, desengañado por la ingratitud de los pueblos por cuya causa se había sacrificado; acosado por la adversidad; agobiado por una lesión al cerebro originada en la batalla de Yuraycorahua; perdidas todas sus cosechas por la sequía en su estancia de Fontezuelas; cerca ya del trágico final de su vida, le escribe desde Buenos Aires a su amigo y compadre espiritual, José de San Martín, el 16 de marzo de 1836: “Mi amado compadre… desde los primeros meses de 1829 fui atacado de una grave enfermedad, en que tuve que ser operado de la cabeza y me duró hasta fines de 1823. Entre tanto en la seca de 1830 perdí toda mi fortuna que poseía en el norte de esta campiña, de un modo irreparable…”.

Muerte y Olvido. Todo se había confabulado en el destino final del viejo soldado don Toribio de Luzuriaga y Mejía en su refugio campestre. Hasta que, en Pergamino, al norte de Buenos Aires, en un “momento heroico como heroica fue su vida”, puso fin a su existencia; “ignorada por la Dictadura, pobre y oscuro, como si sus notables servicios no hubieran contribuido intensamente para afianzar la independencia de cinco países”. Sobre su memoria -dice Clovis- pesa la misma sombra fatídica que lo envolvió en sus últimos años…

Revista ENSAYO, Huaraz, Mayo 1937
Santos de Fachada. En poética alusión a la gloriosa y trágica trayectoria histórica del libertador Luzuriaga, nos dice Luís Alayza Paz Soldán en su obra “Mi País”: “Hay varones que llegan a las cumbres de la grandeza y revolotean como águilas a las puertas del templo de la gloria, pero sin poder traspasarlas. Si se les pudiera representar plásticamente serían como esos santos de piedra que adornan las fachadas de las viejas catedrales; en tanto que otros bienaventurados, campean recibiendo incienso y oraciones, en los altares…Uno de estos grandes varones, de órbita manifiestamente truncada por el destino, es el Gran Mariscal Toribio de Luzuriaga. Para que más patente y tangible sea esta sensación de truncamiento, el mismo la cristalizó, levantando una pistola para cortar el hilo de su existencia, contrariando los preceptos divinos y la filosofía de la vida”.

Al fin el Sol Brillará. Confiamos que por fin llegará la época, en que el aguerrido patricio Toribio de Luzuriaga, como dice nuestra inspirada poetisa Rosa Cerna Guardia: “Brillará como los Hombres-Soles de nuestra libertad”; cuando las mezquinas “sombras fatídicas” se desvanezcan para siempre, al conjunto de las reinvindicaciones auténticas y veraces, y ocupe el trono que tiene bien ganado, en el hasta ahora esquivo Templo de la Gloria.

Del Libro "Tradiciones Peruanas Completas" de Ricardo Palma (Madrid, 1968)

Del libro en mención, extractamos algunos párrafos que considero importantes para el conocimiento de los lectores (páginas 949, 950 y 951):

Según Vicuña Mackenna, la elegancia y exquisitos modales de Luzuriaga influyeron mucho en el adelanto de su carrera. Llevaba en su físico un pasaporte que le conquistaba universales simpatías. Era del número de los favorecidos por Dios con varonil belleza, palabra halagüeña y despejada inteligencia. Así se explica que, después de haber desempeñado en Buenos Aires el cargo de Director de la Academia Militar, fuera en 1813, a los doce años de servicio, coronel del batallón número 7, encargándosele, aunque interinamente, el despacho del Ministerio de Guerra.

De regreso del Alto Perú, donde estuvo a las órdenes de Belgrano, Valcárcel y Castelli, batiéndose contra las aguerridas tropas de España, fue ascendido a general, y en 1816 mereció ser nombrado gobernador de la provincia de Cuyo (Mendoza). En este importantísimo y delicado empleo auxilió eficazmente la expedición de San Martín sobre Chile. Y tanto, que debióse a su actividad y acertados cálculos la memorable hazaña del paso de los Andes, y el Gobierno argentino le autorizó para reemplazar a San Martín en el mando del Ejército si ocurría alguna eventualidad no prevista. En febrero de 1821, Chile, que había condecorado a Luzuriaga con la Legión de Mérito, le confirió la clase de Mariscal de campo.

San Martín, que amaba a Luzuriaga como a leal hermano, y que además era padrino de uno de sus hijos, le comprometió para que, renunciando la gobernación de Cuyo, lo acompañase a acometer más ardua empresa. Luzuriaga no había olvidado que era nacido en el Perú, y no vaciló un momento. En Lima fue condecorado con el distintivo de la Orden del Sol, y el 22 de diciembre de 1821 obtuvo el ascenso a gran mariscal del Perú.

Corta fue la permanencia de Luzuriaga en su patria. Después de desempeñar satisfactoriamente una misión en Guayaquil, sirvió por pocos meses la prefectura de Huaraz, y luego regresó a Buenos Aires con el encargo, según Paz Soldán, de influir cerca de Pueyrredón en el desarrollo del plan monarquizador que García del Río y Paroissien iban a iniciar en Europa.

Cuando, en 1825, la anarquía empezó a enseñorearse del territorio argentino, Luzuriaga, que se inclinaba al partido presidencial, se retiró a la vida privada, no queriendo militar en bando opuesto al de su hermano don Manuel, entusiasta partidario de Dorrego.

Compró entonces en subido precio, y comprometiendo su crédito para conseguir los capitales precisos, la estancia de Tontezuelas, confiando en que pocos años de asiduo trabajo bastarían para libertarlo de acreedores. Pero la guerra civil que en 1829 y 1830 devastó la campaña del Norte puso a nuestro compatriota casi en condición mendicante.

Comprobando el estado de penuria a que se vio reducido, nos refiere el señor Trelles: “Luzuriaga tuvo que vender a don Pedro de Angelis todas sus condecoraciones, adquiridas en la guerra de la Independencia, entre las cuales figura una que es personal, pues le fue decretada por haber descubierto y sofocado la conspiración de los prisioneros españoles en San Luís (1819). Las condecoraciones del gran mariscal fueron vendidas por el señor de Angelis, en 1852, al doctor Lama, quien las conserva hoy en su valiosa colección de medallas americanas”.

En 1835 publicó Luzuriaga en Buenos Aires un folleto documentado sobre los motivos que tuvo para hacer dimisión del mando de la provincia de Cuyo y afiliarse con San Martín en la expedición libertadora que vino al Perú. También dio a luz por entonces una exposición relativa a los servicios que prestara en Guayaquil.

Las decepciones y sufrimientos produjeron en el organismo de Luzuriaga un principio de reblandecimiento cerebral. Su palabra se hizo lenta, su paso vacilante, y lo acometieron accesos de profundísima melancolía. “El gran mariscal del Perú don Toribio Luzuriaga –dice Quezada- tuvo un momento de debilidad. Acosado por la pérdida de su fortuna, aquel espíritu varonil se amilanó y puso término a su larga y trabajada existencia. La desgracia produce un vértigo que no disculpa, pero que explica ciertos desastres”.

Fue el 4 de mayo de 1842, a los sesenta años de edad, cuando el cañón de una pistola puso tristísimo fin a la angustiosa existencia de nuestro desventurado compatriota.

La clase de gran mariscal, equivalente a la de capitán general en España, era en la jerarquía militar el summum de las aspìraciones de nuestros hombres de espada. ¡Cuantos motines de cuartel y cuanta sangre ha costado a mi patria este tan codiciado ascenso! Felizmente, la Constitución política de 1860 se encargó de proscribirlo...(Ricardo Palma)


Bibliografía:

Existen muchos libros y Artículos, que tratan sobre la vida del Mariscal Toribio de Luzuriaga, solamente anotaré algunos:

"Toribio de Luzuriaga, Prócer de la Independencia  Americana" Por Aníbal Jorge Luzuriaga. Buenos Aires - Argentina. Setiembre, 1984

"El Gran Mariscal Luzuriaga" - "Mi País" (páginas 313 al 318) Por Luís Alayza y Paz Soldán

"El Prócer Ancashino gran Mariscal Toribio de Luzuriaga". Por Augusto Soriano Infante. Revista ENSAYO. Mayo, 1937

"Toribio de Luzuriaga. 1782-1842. Primer Gran Mariscal del Perú, Mariscal de Campo de Chile y General del Ejército Argentino". Por Concejo Provincial de Huaraz. 25.Julio.1974

"La Independencia en Ancash y sus Próceres". Por Augusto Alba Herrera. Lima, 2015


Antigua ciudad de Huaraz, antes del sismo del 31.Mayo.1970, zona del Barrio de Belén. Foto Internet


Foto histórica de la Plazuela de Belén en Huaraz, sacada del INTERNET

COLOFON

Para finalizar esta primera entrega, sobre los hechos históricos que sucedieron en Ancash con motivo de la Independencia del Perú, después de leer y analizar las diversas opiniones vertidas, seguramente el lector podrá tener un mejor criterio sobre lo que hemos hecho conocer, si queremos avanzar busquemos siempre la verdad. Como dicen Croce, Bloch y Febvre: "La Historia no es un tribunal. La Historia no es juzgar; es comprender y hacer comprender". (JCSF)



Comentarios

  1. Felicitaciones. Cuán importante es el reconocimiento a un Gran Prócer de la Independencia Americana ad portas del Bicentenario del Perú.

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  2. Felicitaciones. Cuán importante es el reconocimiento a un Gran Prócer de la Independencia Americana ad portas del Bicentenario del Perú.

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  3. Nació en la ciudad de Arica, el 13 de agosto de 1755. Realizó estudios de medicina en la Universidad de Lima y perteneció a la Sociedad Amantes del País en el año 1790. Durante varios años dirigió el periódico “Mercurio Peruano”. https://lineadeprensa.com/precursores-de-la-independencia/

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