Inés y Paullu en la Historia de los HUAYLAS

PREAMBULO


El tema a tratar se refiere a dos personajes históricos en el devenir de la antigua "Nación de los Huaylas y Conchucos"; como se conocía en la época de los incas al actual departamento de Ancash.
Me estoy refiriendo a Inés Huaylas Yupanqui y a Paullu Inca Yupanqui, dos de los hijos del Inca Huayna Capac Yupanqui, que transitó por esta región en plan de conquista. La historia registra su unión con dos hijas de Curacas en el actual Callejón de Huaylas. Respecto a ellos, historiadores peruanos de renombre e investigadores acuciosos, han tratado el tema con mayor amplitud; mi intención, es hacerle conocer algunos datos y escritos que enriquecerán el conocimiento de mis lectores. Para adornar los artículos, publico algunas fotos sacadas del Internet y de mi archivo personal.  A continuación los textos en mención. JCSF.

EL COMERCIO – Suplemento Dominical

LETRAS, CIENCIAS, FILOSOFIA


Doña Inés Huaylas Ñusta, amante india de Pizarro

Por: Raúl Porras Barrenechea

Nevados de la Cordillera Blanca; al centro y a la izquierda los Santa Cruz, vistos desde las
partes altas de la Cordillera Negra del distrito de Huaylas. Foto JCSF

Copias del archivo- Biblioteca Nacional, donde se menciona a
Franco de Ampuero e Inés Yupanqui (*)

La figura de doña Inés Huaylas Ñusta, compañera india de Pizarro, permanece tan borrosa como la figura de la madre del conquistador. El mismo halo humilde las rodea y aísla del escenario épico y resonante de la conquista. Casi ningún historiador ni cronista nos da datos sobre ella. Mendiburu nos trae su biografía y Prescott que no hallaba en la historia de la conquista del Perú, como halló en la de México, ninguna huella de romance, ni siquiera la menciona. El propio don Rómulo Cúneo, tan diligente para buscar datos sobre los familiares del marqués, tampoco le dedica capítulo aparte. Y es que el destino de estas mujeres indias al lado de los conquistadores, fue pasivo, sumiso y de una ternura efímera y clandestina, sin una intervención directa efectiva o material al lado de sus rudos dominadores. Ni esposas ni amantes, sino simples siervas para la caricia o el placer momentáneos, crecidas en la soledad de los acllahuasis incaicos para ser ofrendadas a la lubricidad de los capitanes del Inca o a la inesperada violencia de los viracochas españoles.



Copia del archivo - Biblioteca Nacional 1562 (*)
Tan callada, tan dulce y resignada debió ser doña Inés, que se desliza de puntillas por el palacio del Marqués para que la historia no sienta sus pasos, como aquella otra india de sangre real que fue compañera del capitán Garcilaso de la Vega en el Cuzco y cuya sombra pasa dejando un rastro de melancolía, por las páginas de los Comentarios Reales. Cúneo hace a doña Inés hija de Huayna Cápac y de la colla Añas Collque, hermana de Huáscar. La propia declaración de doña Inés y una cédula real de 31 de marzo de 1542 aclaran que doña Inés fue hija de Huayna Cápac y de Contarhuacho. Este problema no carece de interés, ya que se trata, en realidad, de la concubina de Huayna Cápac y de la suegra del conquistador. La condición de las concubinas del monarca, sin las taxativas de la moral occidental, era de gran rango y aprecio entre los Incas. Garcilaso declara que después de corruptas, “les daban casas y heredades y les servían con gran veneración porque era grandísima honra de toda su nación tener consigo una mujer del Inca”.

Diversas declaraciones de la propia doña Inés y de familiares revelan que, cuando Huayna Cápac pasó por el Callejón de Huaylas, se prendó de la hija del cacique de Huaylas, Hornapacha o Pomapacha. De estos amores nacieron un hijo varón y Quispezira, más tarde doña Inés. El Inca rumboso y despótico regaló a su amante tres guarangas de indios o sea tres mil indios esclavos, dato que revela cual fue la verdadera organización social del Imperio Incaico. Doña Inés, siempre niña, fue llevada por su madre al Cuzco y a la muerte de Huayna Cápac regreso a Huaylas. Cuando llegaron los españoles se hallaba en el Cuzco y “era muchacha”.

Al frente se aprecia entre las estribaciones de la Cordillera Negra, el poblado de Huaylas;
lugar de nacimiento de "Quispezira"; después, Inés Huaylas Yupanqui. Foto JCSF

Foto del libro Doña Francisca
Pizarro de M. Rostworowski.
Doña Inés debió ser llevada a Cajamarca después de la prisión del Inca. El conquistador Francisco de Fuentes dice, en una declaración inédita, que una vez preso, Atahualpa pidió a Pizarro que enviase por “dos indias que eran sus hermanas y se hallaban a una legua de Caxamalca”. Pizarro envió a Francisco de Fuentes que fuese a traerlas con otros soladados. La ñusta incaica tendría entonces 18 años y era según Cabello de Balboa, una de las hermanas de Huáscar que se libró de la matanza de Quisquiz. El Veedor Salcedo declara que el propio Atahualpa se la dio a Pizarro, casándola en realidad con éste, según el derecho incaico. El Veedor dice que “vio como el dicho Atabalipa dio al dicho Marqués a la dicha doña Inés” y le dijo: “Cata ay mi hermana, hija de mi padre, que la quiero mucho”.

El Gobernador no hizo al principio caso de la muchacha, quien se dedicó a su servicio con solicitud afectuosa. No estaba éste habituado, desde que se alejó del cariño materno, a este trato dulce y femenino. Una leve simpatía paternal fue cristalizando hacia ella en el fondo de su corazón. La gracia y ligereza de sus movimientos, su ir y venir presuroso y suave y el brillo azorado de sus ojos de azabache, le sugirieron un apelativo cariñoso, que no obstante surgir de los labios de un viejo soldado endurecido en la más recia de las luchas, valía por un madrigal.

Restos arqueológicos; al fondo derecha nevado Huandoy, izquierda nevado Santa Cruz. Foto JCSF
Pizarro la llamaba sonriendo: “La Pizpita”. Lo dice Blas de Atienza en una información inédita: “vio que el Marqués don Francisco Pizarro tenía en su poder a la dicha doña Inés Yupanqui Nyña e la llamaba la pizpita”. El apelativo tenía, además de su resonancia, un relumbre nostálgico. El conquistador, al llamar así a la indiecita pizpireta, la asociaba a sus recuerdos infantiles de Extremadura y Andalucía porque pizpita es una avecilla menuda y graciosa que picotea en la nieve y cuyo nombre se aplica, por analogía, a las mujeres vivas, prontas y agudas.La “Pizpita”, como la llamaban ya los soldados y los indios ganó así sin que él mismo lo pensase, el corazón del Gobernador. Un día, hallándose éste cenando con algunos de sus capitanes, la sentó a su lado y les dijo: “veis aquí a mi mujer. E la tenía en su presencia en la mesa quando estaba comyendo e este testigo preguntó al dicho Marqués quien hera aquella niña, el cual respondió que era hija de Huaynaba y hermana del dicho Atabalipa”. Los esponsales del Gobernador, cuya barba empezaba a encanecer y representaba algo más de sus 55 años, por sus largos padecimientos, y la Ñusta “Quispezira”, como la llaman los testigos de la conquista, se realizaron así en la misma Cajamarca, ensangrentada por el trágico duelo entre incas y españoles.

José Mallca Landavery fundador del "Llampa
de Huaylas" en Caraz, lo acompaña su músico
 José Piscoche. Foto JCSF
Al ser bautizada y al ponerle nombre cristiano Pizarro escogió el más usado y estimado entre las mujeres de su estirpe. La hace llamar “doña Inés”, como a su hermana más querida, doña Inés Rodríguez de Aguilar y como a una de sus abuelas paternas. Más tarde desaparecerá el nombre indígena y, como en el caso de la compañera de Cortés, perdurará sólo el nombre español. Doña Inés Huaylas Ñusta y doña Marina -almas en pena, cuyo amor Dios no perdona, según dijera el poeta mexicano- son así el símbolo de una raza que se olvida de su pasado para entregarse, sumisa, al destino nuevo y fecundo del vencedor.

Doña Inés, acompañó a Pizarro de Cajamarca al Cuzco y del Cuzco a Jauja. En Jauja, y no en el Cuzco, como se ha dicho, nació en diciembre de 1534, doña Francisca Pizarro y Yupanqui, la primera mestiza noble peruana. Pizarro se hallaba en la costa buscando el sitio para la fundación de Lima. Retornó a la sierra para presenciar el nacimiento y el bautizo de su hija. Doña Inés bajó semanas después a Lima y se aposentó en las casas del Marqués, donde vivió con él, según propia declaración. En la Ciudad de los Reyes, recién fundada, nació, hacia fines de 1535 o principios de 1536, don Gonzalo, el hijo varón de Pizarro y de doña Inés, heredero de Gobernación de la Nueva Castilla y del linaje de los Capaccunas del Cuzco.

La historia de doña Inés se ensombrece al año siguiente. Manco Inca, su hermano, se subleva en el Cuzco. Un ejército indio desciende de las cordilleras y sitia Lima. Pizarro trata de romper el cerco y de enviar socorros al Cuzco. El hermano de doña Inés, Curirimache, va con una partida de jinetes españoles mandada por el capitán Gaete que es deshecha por los indios. Desde el palacio de Pizarro doña Inés se comunica con sus parientes indios de Huaylas. Contarhuacho, la briosa suegra de Pizarro, envía cuatro mil indios. Pero los servidores del Marqués sospechan de los manejos de las mujeres indias que rodean a doña Inés y acaso de ésta.

Vestidos del grupo folklórico "Llampa de Huaylas"
Foto JCSF
Una mamacona, llamada Azarpay, es acusada de enviar noticias desde el palacio del Marqués a los sitiadores de Lima. Pedro Pizarro acusa a doña Inés de haber denunciado a Azarpay, por envidia, porque era más principal que ella, como hija única de Huayna Cápac y Curirimay Coya, y haber dicho a Pizarro que “por mandado desta señora (Azarpay) habían venido los indios. Un paje de Pizarro asegura que doña Inés fue sorprendida preparando su fuga y llevándose un cofre o petaca de Azarpay lleno de esmeraldas y collares de oro y patenas”. Doña Inés se defendió más tarde de estas acusaciones. Amigos suyos dijeron que más bien “avisaba al dicho Marqués las cosas que los indios hazian de noche o de día”.

Página del diario EL COMERCIO de Lima.
Estos hechos u otros más íntimos podrían ser la causa de la separación, entre 1536 y 1537, del Marqués y su manceba india, ya que en 1538 doña Inés se casa en Lima con don Francisco de Ampuero, uno de los apresadores de Atahualpa. ¿Por qué Pizarro, tan desprovisto de ternura familiar aleja del lado suyo a la alegre Pizpita, compañera de cinco años de trabajos y madre de sus hijos? La respuesta podría hallarse, acaso, en una declaración inédita de Blas de Atienza, en 1552, cuando dice que “el dicho Marqués en su vida la cassó con un paje suyo que se dice Francisco de Ampuero, con quien al presente está casada”. No es posible hacer la historia con la imaginación que cabe en la novela, pero a veces, la vida tiene más de novela que los libros. La historia -o mejor dicho la novela- se presume. En la vida familiar del palacio convivirían el paje y la Pizpita y acaso un día pasarían las cosas como en el romance del paje Gerineldo y la Infanta:

“A la una de la noche has de venir al castillo, con zapatitos de seda, para que no seas sentido”

Acaso el viejo Gobernador no llegaría, como el Rey del romance, a sorprender a la Infanta y al paje “en estrecho abrazo unidos”, ni tendría necesidad de poner la espada de por medio entre los dos atrevidos. Pero, bastaríale ver la afición creciente entre ambos para llamar al paje y obligarlo a casarse con doña Inés. Las uniones entre conquistadores e indias eran hasta entonces irregulares y no se explica que el Marqués casase a Ampuero por la Iglesia, sino para obligarle a pagar sus culpas. Por lo menos don Francisco no menciona a doña Inés en su testamento, ni como madre de sus hijos, ni le deja encargo alguno recordatorio.

Vista desde la Cordillera Negra con los nevados de la Cordillera Blanca, destacan de derecha a izquierda: Huandoy,
Chacraraju, Pirámide y Agujas Nevadas. Seguramente Francisco Pizarro con sus acompañantes españoles
y su compañera Inés Huaylas Yupanqui, observaban este panorama, en la ruta de bajada, desde el pueblo
de Huaylas, hacia el Callejón de Huaylas en su viaje al Cusco. Foto JCSF

Raúl Porras Barrenechea, Historiador peruano nacido en Pisco-Ica.
Pizarro moriría trágicamente en 1541 y en el círculo lloroso y consternado de mujeres que rodearon su cadáver ensangrentado, -doña Inés Muñoz, María de Escobar, las Cermeñas, Isabel Rodríguez “la conquistadora”, la mujer de Barbarán- no estuvo doña Inés Yupanqui. No se conoce el trascurso de sus últimos años. La postrera declaración que de ella he encontrado en los legajos de Indias, es de 1559. Por esos años se la veía aún, en Lima, ni joven ni vieja, en la indefinible edad de las indias, asistir a la iglesia, repartir limosnas, orar en castellano. “No firmó por que dixo que no sabía -hermana en ignorancia del recio Capitán español- lo qual declaró sin intérprete porque habla y entiende la lengua castellana”.

Hoja del semanario "Hildebrant en sus trece"
La ñusta incaica que bajo el imperio se hubiera acaso suicidado junto con su regio amante a la muerte de éste, tenía en la ciudad hispánica, la compostura de una matrona cristiana. De las manos del Inca había pasado a los brazos del Apu Macho español, sin el menor gesto de rebeldía ni de asombro. Con la impasibilidad de su raza fatalista había traspuesto, sin inmutarse, el vórtice entre dos épocas y dos mundos: de la Edad de Piedra al Renacimiento y del mundo del temor al de la caridad, fiel a su sino milenario de obediencia y resignación. (RPB-1948)

(*) Copias  del Archivo de la Biblioteca Nacional de Lima; proporcionadas por Doris Gutierrez Ardiles (colaboradora y amiga, oriunda de Huaylas); para agregar a este artículo histórico. En estas primeras hojas se menciona el origen y padres de Inés Huaylas Yupanqui.

Restos arqueológicos y nevados Santa Cruz. Foto JCSF



Doña Francisca Pizarro.

Una ilustre mestiza 1534 – 1598

Por María Rostworowski
3a Edición - Lima IEP. 2003-2005




Nota de Redacción: con el fin de ampliar nuestro conocimiento sobre Inés Huaylas Yupanqui, se ha tomado algunos párrafos de su libro en mención y que servirán a los lectores, para tener mayores elementos de juicio al respecto. (JCSF)


Introducción (pág. 13, 15)
…Los acontecimientos de la invasión repercutieron hondamente entre los miembros femeninos, tanto de la nobleza como de las clases populares. En tiempos del Tahuantinsuyu, las mujeres nobles se distinguían de las plebeyas por el cuidado de su persona y su esmero en el vestir. Las de la clase noble llevaban los cabellos largos sueltos sobre los hombros, y según el decir de Pedro Pizarro, eran hermosas. Durante los viajes estas mujeres eran conducidas en hamacas o en andas por numerosos servidores. Según Sarmiento de Gamboa, cuando la coya o reina se casaba, el Inca le otorgaba un gran número de servidores. Esta élite femenina estaba acostumbrada a una situación de privilegio, de abundancia y de lujo, además de ostentar en algunas regiones el poder, a título de jefe étnico…

De estas uniones furtivas o estables nacieron los primeros mestizos del país. A no dudarlo, la más destacada e insigne de aquellas mestizas de la primera generación fue doña Francisca Pizarro, hija del famoso conquistador y de doña Inés Huaylas Yupanqui, hija a su vez de Huayna Capac, soberano del Tahuantinsuyu, y de Contarhuacho, curaca y señora de Ananguaylas.


Los Ascendientes Maternos de Doña Francisca  (pág. 17, al 21) 
Una mayor información obtenida sobre Inés Huaylas Yupanqui, la madre de doña Francisca Pizarro, nos permite aumentar nuestros conocimientos sobre la época y los sucesos que se dieron, además de rectificar conceptos anteriores…

Durante una visita a sus dominios, el Inca Huayna Capac llegó a la rica y próspera macroetnia de Huaylas (Guaylas en los manuscritos). Siguiendo con las costumbres y los preceptos de la reciprocidad, el Inca estableció lazos de parentesco con los principales señores de la comarca que consistían en tomar por esposas secundarias a dos jóvenes nobles. Así, se casó con Contarhuacho, hija de Pomapacha, jefe étnico de Ananguaylas, y con Añas Colque, hija de Guacachillac, señor de Ruringuaylas (Espinoza 1976)…

Si bien no hallamos explícitamente el título de curaca para ambas jóvenes, cada una de ellas disponía por mandato de Huayna Capac de seis guarangas (una guaranga correspondía a mil hombres), es decir de un número elevado de hatun runa o pobladores a sus órdenes. Además todos los naturales de Huaylas, tanto de Anan como de Urin, las reverenciaban como señoras de elevada alcurnia…

Elección de la "Ñusta de Huaylas" en la ciudad de Caraz. El vestido corresponde a la colección
de la Asociación Folklórica "El Llampa de Huaylas", del Amauta ancashino José Mallca Landavery.
Foto del Internet.   
Abrazo de Santa Isabel a la Virgen María;
las dos en estado de gestación, fiesta
en Huaylas "Patrona de las Cosechas"
 Foto JCSF



Pero volvamos a Contarhuacho. De su unión con el Inca nació primero un hijo que no tardó en morir; luego la joven dio a luz a una niña llamada Quispe Sisa que se convertiría un día en doña Inés (AGI-Justicia 398)…Después del fallecimiento de Huayna Capac, Contarhuacho se dirigió a Tocas, un pueblo de su señorío, mientras su hija Quispe Sisa, según su propio decir, permaneció en el Cusco. Sólo con los sucesos de Cajamarca partió con la corte hacia esa ciudad del norte a reunirse con su hermano Atahualpa…





Representación de la Ñusta de Huaylas en la
ciudad de Caraz. Foto del Internet.
Quispe Sisa tomó con el bautizo el nombre de Inés, y de su unión con el marqués tuvo dos hijos: Francisca, nacida en Jauja (en ese entonces la capital de la gobernación de Pizarro) en 1534, y Gonzalo que vino al mundo en 1535. ¿Se enamoraría doña Inés de su amante? La edad del marqués y los muchos años que le llevaba parecen haber sido un obstáculo para el amor…

Con gran regocijo se festejó el bautizo de la “primera mestiza”, que sería con el correr del tiempo la mujer más rica del Perú...Sus madrinas fueron Isabel Rodríguez, vecina de Trujillo, Francisca Pinelo, mujer de Rui Barba, y Beatriz “la morisca”, mujer del veedor García Salcedo (Porras Barrenechea 1949-1950:138)…Por un corto momento la dura y azarosa vida de los españoles en los primeros años de su permanencia en el país se trocó en diversión y regocijo. En las celebraciones se jugaron cañas a la usanza peninsular en la plaza de Jauja. Las fiestas interrumpieron las guerras, las hostilidades y las desconfianzas para dar lugar a la alegría…

Recapitulación (pág. 94)
Inés Huaylas Yupanqui y Beatriz Clara Coya, ambas princesas incas, se casaron con españoles. La primera unión de Inés fue forzada, no amaba al conquistador del Tahuantinsuyu. En su matrimonio con Ampuero su suerte no mejoró. El destino de Beatriz, sellado por el virrey Toledo, estuvo marcado por la mezquindad y avaricia de García de Loyola…(M. R.)

Grupo de danzantes del "Llampa de Huaylas", en Huaraz.
Foto JCSF
Nota de Redacción: Interesantes anotaciones que amplían nuestros conocimientos para poder ubicarnos en el espacio y tiempo histórico en que se realizaron los hechos. Referente al pueblo de Tocas a que se refiere la historiadora, me manifestó Doris Gutierrez Ardiles (Profesora e investigadora, oriunda  de Huaylas) que en una ocasión se apersonaron con su esposo Germán Chavez Espinoza y pudieron conversar con M. Rostworowski, para hacerle caer en cuenta que Tocas es un paraje dentro del distrito de Huaylas; a lo que ella les manifestó, que por desconocimiento de la zona había consignado otro lugar fuera de Huaylas (Existe un lugar llamado Tocash que se ubica en el actual distrito de Pueblo Libre). Como podemos deducir después de lo leído, hay muchos datos importantes que conocer para tener un mayor criterio sobre la historia de Inés Huaylas Yupanqui. (JCSF)

Poblado de Huaylas y un danzante "Pasha" del barrio de Yacup, en la fiesta de la Patrona de las Cosechas,
conocida como "mamita Shawi". Esta fiesta se refiere a la visitación de Santa Isabel a la Virgen María.
Existe en el templo la imagen mostrando el abrazo de Santa Isabel (las dos en gestación).
Los campesinos traen a la procesión, plantas de maíz con mazorcas pegadas, como símbolo de este abrazo.
La fiesta tradicional se realiza entre el 30 de Junio al 10 de Julio, siendo los días principales entre el 6 y 10 de julio.
Foto JCSF

¿.. Era Huaracino, Paullu Inca Yupanqui..?


Por : Alejandro La Torre
Huaraz, 25 de Octubre del 2014

Nota de Redacción: En el presente artículo, el autor, Dentista nacido en Sihuas, interesado por la investigación y la escritura era un historiador autodidacta. El después de su investigación, desbarata una serie de opiniones falsas, demostrando que el Inca Paullu Yupanqui, no nació ni conoció Huaraz, además de otras opiniones. Tuve ocasión de conocerlo en Huaraz hace años atrás por intermedio de mi amigo José Cerna Fuentes, en su negocio del Jr. Hualcán. (Huaraz, 5-Junio-2020) JCSF.
(a continuación, copiamos el texto de las 5 hojas recibidas):

Pintura referencial de los Incas del Perú. Foto del Internet

Manifestar sentimientos de marcado regionalismo, etnocentrismo o chauvinismo, conlleva a recibir las más agrias críticas de quienes si conocen los sucesos de la historia incaica. Apareció un artículo por las redes sociales, bajo el título: PAULLU INCA, EL INCA HUARACINO. Sin firma del autor, con una serie de incongruencias o desconocimiento de la historia de los incas y sin ninguna referencia bibliográfica.

Ciudad de Huaraz y los nevados: Vallunaraju (5,686 m), Ranrapalca (6,162 m), Rima Rima (5,524 m) y
Chrurup (5,495 m). Foto JCSF

Dice este autor anónimo, que Paullu Inca Yupanqui nació en la llacta de Huaraz y fue llevado al Cuzco con su madre; con la idea de ser devuelto a su tierra para gobernar con espíritu cusqueño. Dice, además, que de joven se alió con Huáscar y fue apresado por orden de Atabalipa (Atahuallpa), y conducido a Cajamarca, luego, pasó a ser prisionero de los españoles y los acompaña al Cusco. Sigue narrando y comentando que acompañó a Diego de Almagro a Chile y Paullu, derrota a los Araucanos con su gran habilidad y estrategia para la guerra. Manifiesta, además, que con un gran ejército derrotó a Manco Inca en Cochabamba (actual Bolivia), obligándolo a refugiarse en Vilcabamba. Culmina dicha nota manifestando que el inca murió en 1580 y que unos arqueólogos han hallado su tumba en la iglesia de San Sebastián y formula una interrogante: ¿no sería necesario exigir se repatrien sus restos a su tierra natal? El autor anónimo se responde solo y manifiesta que los huaracinos tienen el derecho de venerar al único inca no cusqueño. Trataremos de darle una orientación a este error histórico, que propala un irresponsable escritor y lo haremos a través de preguntas.

Una Huanca en Waullaq - Huaraz. Foto JCSF

¿Quién fue Paullu Inca Yupanqui?, ¿Nació en verdad en la llacta de Huaraz?

Múltiples autores como: Ella Dumbar Temple en su libro “La descendencia de Huayna Cápac”; Edmundo Guillen Guillen en su artículo “Tres documentos inéditos para la Historia de la guerra de la Reconquista inca”; Diego de Esquivel con su “Noticias cronológicas del Cuzco”; Garcilaso de la Vega en sus “Comentarios Reales” confirman que Paullu Topa Inca Yupanqui, fue uno de los tantos hijos de Huayna Cápac en una de sus concubinas de la etnia de los Huaylas. Dejemos que Augusto Alba Herrera en su libro: “ANCASH, Historia y Cultura”. Editado en Lima en su pág. 48 nos lo confirme.

Monolitos en el Museo de Huaraz. Fotyo JCSF
“El inca Huayna Cápac, por estrategia política decidió tomar como esposa secundaria a Contarhuacho y Añas Collque. La primera hija de Pomapacha, curaca de Hurin Huaylas y la otra hija de Huacachilla, líder étnico del Hanan Huaylas (De Huaraz hacia el sur) “Sólo así logró suavisar el descontento de la nobleza del reino de los Huayllas frente a los cusqueños, a quienes veían como invasores e imperialistas que intervenían en el destino de las naciones extranjeras", según nos asevera el Historiador Waldemar Espinoza Soriano en “Dos casos del señorialismo y feudales en el imperio inca”

Wilkawain en Huaraz. Foto JCSF
En su página 50 del mismo libro, añade lo siguiente: “Añas Collque tuvo como hijos a Paullu Topa Inca y a doña Beatriz Huaylas Yupanqui, quienes vivieron con su madre en el Cuzco”. En el Memorial de don Melchor Carlos Inca (Nieto de Paullu), titulado Ascendencia de don Melchor Castro Inca, inédito, existente en la Sección de la Biblioteca Nacional de Madrid (N° 20193), dado a conocer por Cuneo Vidal en su obra Historia de las guerras de los últimos incas peruanos (1535-1572) (Barcelona: Casa Editorial Maucci, pp. 145-188) dice: "Nació Paullu Inca en el pueblo de su nombre, cuando su madre iba desde el Cuzco “…a sus holguras y casas de placer en Yucay”.

Ninguno de los cronistas o escritores antiguos consultados, dice que Paullu Inca nació en Huaraz. ¿Dónde queda Yucay? Yucay es un pueblo andino, nombrado en las diferentes crónicas de los españoles como una casa de campo de los gobernantes incaicos. Hoy en día; es un distrito de la Provincia de Urubamba en el Cusco, ubicado en el valle sagrado de los incas. Por lo tanto, la aseveración de que Paullu nació en la llacta de Huaraz y era ancashino, es totalmente antojadiza e inexacta.

Mapa del Tahuantinsuyu de los Incas.
¿Se alió Paullu con Huáscar, y estuvo preso en Cajamarca por orden de Atabalipa?
Esta otra aseveración, no tiene ningún sustento en las crónicas de los primeros españoles. Si la afirmación fuera cierta, una vez muerto Toparpa o Tupac Huallpa como lo refieren algunos cronistas, Paullu, hubiera sido elegido inca por Francisco Pizarro, pero eso no sucedió así. Paullu Inca, nunca pisó Cajamarca en los días de la captura y muerte del último inca del Tahuantinsuyu. Entonces nos quedaría una interrogante por resolver.

¿Dónde estuvieron Manco Inca y
Paullu Inca en la guerra por la
sucesión entre Atabalipa y Huáscar?

Anota Ella Dumbar Temple, en su libro “La descendencia de Huayna Cápac” del Fondo Editorial UNMSM. 2009. Lima. Pág. 142-143, lo siguiente: Sarmiento de Gamboa dice: “Y entre estos hijos de Guayna Capac estaba preso un hijo de Huayna Cápac llamado Paulo Topa el cual, queriéndole matar, alegó diciendo que no había razón para que a él le matasen, antes él estaba preso por Huascar, por ser amigo y parcial de Atagualpa, su hermano, y que de la cárcel de Guascar lo había sacado".

Según los Quipucamayoc consultados por Vaca de Castro en 1542, Garcilaso y el libro nobiliario incásico anotan lo siguiente: En el momento de la invasión española Paullu, junto con otros nobles incas de la misma generación, se habían refugiado en la isla el Sol ante la amenaza de muerte debido a las luchas internas de los incas. Cuando Manco Inca fue reconocido como Inca por Francisco Pizarro, salió hacia el Cuzco con algunos nobles incas, hombres y mujeres, a rendir homenaje a su hermano.

También confirma este hecho, el agustino Fray Ramos Gavilán Alonso, en su libro Historia del Santuario de Nuestra Señora de Copacabana. De estas lecturas se desprende que, de joven, Paullu Inca, no se alió con Huáscar y no fue apresado por orden de Atabalipa (Atahuallpa), y conducido a Cajamarca. No fue prisionero de los españoles y tampoco los acompaña al Cusco.

Nevados: Vallunaraju, Ocshapalca, Ranrapalca, Rima Rima, Palcaraju y Churup, vistos desde
Cruzpunta en el circuito Huaraz-Pucaventana . Foto JCSF
¿Acompañó a Diego de Almagro a Chile?

Es cierto, lo mencionan todos los cronistas de la época. Pero de que derrotó a los araucanos con su gran habilidad y estrategia para la guerra, es completamente falso, ya que ni los españoles mismos, pudieron derrotar a los habitantes de Chile durante muchos años. Manifiesta además que, con un gran ejército, Paullu derrota a Manco Inca en Cochabamba (actual Bolivia), obligándolo a refugiarse en Vilcabamba.

Pintura cusqueña de una Coya.
Foto del Internet.
No se de donde saca esta información el autor de esa nota. Hemos leído que Paullu Inca, se subordina a Manco Inca, cuando fue nombrado como tal por Francisco Pizarro al tomar la posesión del Cusco, nunca hubo ninguna lucha entre los dos hermanos incas, ni ninguna batalla de Cochabamba. Cada uno cumplió roles diferentes. Manco Inca, siempre luchó por expulsar a los hispanos y evitar la consumación de la conquista. Paullu Inca, apoyó la expoliación ibérica en contra de su propia raza. Traicionó a su propia etnia, ladinamente sacó provecho de los sucesos para obtener beneficios ante la corona. En conclusión, Paullu es el reverso de la medalla inca en su actitud.

Ella Dumbar Temple lo describe como: “Inca claudicante y entreguista” y de “artífice del oportunismo político” ¿Por qué lo dice así? Porque en la rebelión de Manco Inca, Paullu se alió a los españoles en contra de su hermano, es más, convenció a muchos de los generales de Manco a unirse a la causa española. En la batalla de Salinas en 1538, a pesar de haber luchado en el bando de Almagro, acabó luchando en el bando de los Pizarro, dio término a su adhesión al bando contrario en la batalla de Chupas y apoyó a Gonzalo Pizarro que se reveló ante la corona española.

Pero dos años más tarde, Paullu presenta una probanza, solicitando premio por sus servicios a la corona hispana, sin mencionar los acontecimientos de las Salinas, de Chupas y el apoyo a Gonzalo Pizarro, en donde Paullu actuó con doblez. Una vez obtenido el beneficio, se aculturó, se bautizó y vivió como un español más.

Antigua calle de la ciudad de Huaraz del año 1957, antes del Terremoto del 31 de Mayo de 1970,
que destruyó toda la ciudad. Foto Frederic Martin (USA)
Manco Inca se refugió en Vilcabamba, no porque lo derrotara Paullu, si no, por la derrota ante los españoles, quienes fueron apoyados por el traicionero Paullu. Cuando Manco Inca se reveló ante los ibéricos, ellos, lo desconocieron como tal y Diego de Almagro lo eligió como nuevo Sapan inca, pero los súbditos leales a su causa nunca desconocieron a Manco Inca. En conclusión; jamás se enfrentaron en ninguna batalla los dos hermanos incas.

Antiguo Jr. José Olaya de Huaraz y
el nevado Vallunaraju. Foto JCSF 
¿Será cierto que el Inca Paullu murió en 1580, y que unos arqueólogos, han hallado su tumba
en la iglesia de San Sebastián?

Sobre la fecha de su muerte, no existe un acuerdo unánime. La Declaración de los Quipucamayos indica el año 1551, pero la mayoría de los historiadores, como Cieza de León, Bernabé Cobo, Calvet de Estrella, Vaca de Castro, y escritores como Markham, Urteaga, Jiménez de la Espada, Ella Dumbar Temple, Waldemar Espinoza Soriano, Manuel Burga y otros, señalan la fecha de su muerte el año de 1549 y no tan lejana como el año de 1580, anotada por este autor anónimo.

¿Qué unos arqueólogos hallaron la tumba
de Paullu en la iglesia de San Sebastián?

No fueron unos arqueólogos los que hallaron su tumba, sino fue la historiadora española María del Carmen Martín Rubio, doctora en historia de América por la Universidad Complutense de Madrid y lo encontró en la iglesia de San Cristóbal, que se encuentra en la parte alta de la ciudad del Cusco, muy cerca de las ruinas de Sacsayhuaman, en un lugar donde se ubica Colcampata, la residencia de Manco Cápac, y que le fuera asignado como morada a Paullu Inca durante la conquista. La iglesia de San Sebastián, se encuentra en los alrededores de la Plaza de Armas en el Cusco.

Con toda esta información: ¿Sería necesario exigir se repatrien sus restos a su tierra natal? La respuesta se responde por sí sola. Sólo una persona que no sabe de historia, e imbuido de un fuerte regionalismo, en su ignorancia, puede exigir: lo que no es verdadero ni cierto.

Alejandro La Torre
Huaraz, 25-10-2014

Nota de Redacción: Después de leer atentamente este artículo muy versado y de investigación por el autor, creo intuir quien fue la persona que publicó sus apreciaciones anónimamente en las redes sociales, basado seguramente en su orgullo regional y su chauvinismo denigrante y egocéntrico; me reservo el nombre de este personaje huaracino, que confirma el histórico dicho de “Huaraz Presunción”. (JCSF) 

Referencia Bibliográfica

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SABINE MACCORMACK, Boletín de Arqueología PUCP, No ¿8i, n2c0a0 4º, 9e9s-p1a0ñ9ol? 99 ¿Inca o español? Las identidades de Paullu Topa Inca.
TITO CUSI YUPANQUI, DIEGO DE CASTRO, 1911 (1570) – Relación de la Conquista del Perú y hechos del Inca Manco II. In: Enciclopedia de la Literatura Peruana; Lima: Editorial Horizonte. Cronistas Indios y Mestizos, I. 

JCSF en el paso de Cuyoc (5,000 m) en la
Cordillera Huayhuash. Junio del 2009. 
Nota de Redacción: Alejandro La Torre. Nace en Umbe-Sihuas-Ancash, en 1951. Su nombre completo es Alejandro T. Torres Medina. Sus padres fueron Leoncio Torres Sandoval y Antonia Medina Moreno. Vivió en el Callao y realizó sus estudios secundarios en la GUE 2 de Mayo del Callao. En 1980 se recibió como Cirujano-Dentista en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Trabajó en el Hospital de Pomabamba hasta 1984, luego se asimila a la Sanidad de las Fuerzas Policiales. Retirado de su institución con el grado de Teniente Coronel, y con maestría en Docencia Universitaria. En Huaraz, se dedicó a la práctica privada de su especialidad, que combinaba con la enseñanza y conferencias sobre la Cultura Inca. Luego de la favorable acogida de su primer libro, “Atahualpa, el vergonzoso sobrenombre del último inca del Perú”, se animó a escribir su segundo libro, “Relatos Peruanos”, publicado por Ornitorrinco Editores de Lima, diciembre 2013; éste cuenta con 7 relatos y 4 apéndices, muy interesantes donde muestra sus dotes de escritor y de investigador histórico. (JCSF).

Alegoría Histórica y Turística Ancashina. Dibujo de Juan Barrios Torres (Huaraz, 1982)
para "Fotocromía JULIO CESAR"


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