JCSF Memorativo personal y de Aventuras Montañeras
"Todos tenemos en la vida una Montaña que vencer, afirma tus pies en la tierra,
la vida es un largo camino polvoriento por el que todos debemos transitar"
Recordando a un Socio del CACB
Por: Julio César Sotelo Falcón
Cronista, Promotor y Publicista Turístico
Huaraz, 27-Marzo-2003
"Andinista de corazón, es una práctica espiritual que nos llena de emoción.
La comunión con la Naturaleza es algo más que un mero sentimiento,
pues constituye una verdadera comunión con el ser infinito"
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JCSF, en Mayo-2006. |
Exordio
Primeramente, debo hacerles conocer que esta Crónica montañera debería haberse publicado el año 2003, en un boletín especial de aniversario del Club Andinista Cordillera Blanca, por sus 50 años de fundación. Yo era socio desde el año 1974, y fui reconocido por la Institución como Socio Honorario el año 2002.
Por esta razón me encomendaron presidir una comisión para elaborar y diseñar el futuro Boletín de Aniversario, trabajo que cumplí y entregué el Boceto al Presidente de turno del CACB; ellos se encargarían de conseguir el apoyo económico y publicarlo. Hasta la fecha (julio 2021) esto no se ha cumplido.
Por otro lado, este artículo, lo tengo incluido en un futuro libro de mi autoría, el cual tengo digitado en mi computadora con 280 páginas A4, este se titula: “HUARAZ…Recopilaciones Históricas de la Sierra de Ancash“; espero que pueda publicarlo con las fotografías correspondientes.
Para el Boletín Aniversario 50 años del CACB BODAS DE ORO
Huaraz, 27 de Marzo – 1952-2002 (Inédito)
Cuando por el año de 1976 me despertaba más, el deseo de escalar una montaña nevada, me topaba con el inconveniente de no tener el equipo personal necesario y veía frustrado este deseo; pero habían muchos amigos y socios del CACB que me animaban, entre ellos estuvo Mauro Arias. Fue el quien me enseñó los primeros pasos en este emocionante deporte del andinismo, recuerdo con que paciencia y mucha alegría nos enseñaba algo de técnicas de montañismo.
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En la cumbre del Urus, con el socio del CACB Alfredo Gonzáles, al fondo el Ranrapalca. |
Fue precisamente Mauro Arias,
cuando un 8 de Agosto de 1976, por razones de trabajo debía visitar el glaciar
Uruashraju y organizó una ascensión a este nevado. Pico nevado ubicado al
sur-este de la ciudad de Huaraz, siguiendo la ruta de Olleros-Canray Chico.
Para mí esta sería la primera experiencia en montaña, preparé mi equipaje el
día anterior y aunque la salida era a las 5 de la mañana; yo a las 3 de la
mañana no podía dormir y tuve que levantarme, me sentía nervioso y con un deseo
de experimentar lo que me depararía esta primera aventura montañera.
Salimos a la hora citada en
compañía del amigo Ángel García (otro nuevo en el andinismo como yo),
Benjamín Vicencio, 4 franceses (2 damas entre ellos) y Mauro Arias que
dirigía la expedición, en un camioncito de la oficina de Electroperú.
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Quebrada Pumahuacanca con el grupo de montañistas antes de iniciar la subida al refugio del Nevado Uruashraju el 8-Agosto-1976; JCSF al lado izquierdo. |
En el trayecto de Olleros hacia
Arhuaycancha, lugar donde termina la carretera, iba gozando de las maravillas
que ofrece la naturaleza al amanecer. Esta se mostraba con un limpio cielo azul
y como telón de fondo las cumbres del Huantzan Chico o Cashan, el Uruashraju y
otros más que impresionaban mi sentir. No perdía la oportunidad de hacer
fotografía, a pesar del movimiento del camioncito, sentía que algo en mi
interior como una efervescencia acaloraba mi espíritu, ante tanta belleza que
veían mis ojos.
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Mapa de ubicación geográfica de la quebrada Pumahuanca y el nevado Uruashraju, en el distrito de Olleros-Huaraz-Ancash. |
Así llegamos al lugar donde nos dejó el carro, luego tomamos cada uno nuestro equipaje y empezamos la caminata. Recuerdo que Mauro me prestó unos zapatos de montaña dobles, de cuero. Primera vez que tendría que andar con uno de éstos. Sentía que me protegían de las piedras y la humedad del terreno…¡pero me pesaban mucho!.
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Faltan unos 300 metros para llegar al refugio del nevado Uruashraju (5722 m). |
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Mauro Arias cuando fuimos al nevado Santón-Catac-Recuay. 9-Julio-1977 |
También por primera vez,
caminaría cargando una mochila con unos 12 kilos de equipaje de escalada. Me
dijeron que llevara pastillas de Coramina para el corazón, pero yo no lo creí
conveniente; confiaba en mi juventud y estado físico. Luego de un kilómetro de
caminata se iniciaba la primera cuesta; sentía que se me secaba la boca, el
corazón me latía fuerte y a cada rato quería descansar, estábamos a unos 4,100
m. de altitud. Mauro siempre me animaba, lo mismo Ángel, que no obstante ser
él, también primerizo en estas aventuras, lo notaba mejor que yo. Uno de los
amigos franceses tuvo que darme la primera Coramina y así reanimarme para
continuar. Recién lamentaba mucho no haber comprado estas pastillas. Comprendí
que, por haber nacido en la costa, mis pulmones no eran como los que han nacido
a más de 3,000 m., fue mi primera lección que la Naturaleza me estaba enseñando.
Luego de unos 40 minutos de caminata, apareció ante mis ojos la pampa de una profunda quebrada con farallones de rocas muy altas; era la quebrada Pumahuacanca que nos llevaría al nevado Uruashraju. Ahora la caminata, se me hacía más tranquila, y como siempre iba al último, porque quería tomar todo tipo de fotografías, especialmente de flores, no perdía la oportunidad cada vez que veía una.
Grieta cimera del nevado Santón (5256 m), el 9-Julio-1977, expedición del CACB. |
En el trayecto, nos encontramos con una manada de toros bravos que intentaban envestirnos, como yo iba al último a unos 800 m. de los otros amigos; fue para mi otra experiencia y especial sensación, que sentía al verme solo con los toros, teniendo que cargar algunas piedras para espantarlos de rato en rato. Luego de unas 3 horas de caminata hicimos un descanso al pie de la última cuesta morrénica, teníamos que vencerla para llegar al refugio que existía más arriba junto al glaciar.
En la cumbre del Chequiaraju (5286 m), atrás nevados: Ulta y Cancaracá. De izquierda a derecha: Alberto Sotelo Alvarado, Máximo Henostroza, JCSF y Carlos Carrillo Caballero. 14-Agosto-1985. |
La vista que ofrecía la quebrada
hacia abajo, las montañas rocosas adornadas con hielos colgantes que se alzaban
en nuestro alrededor; así como, la cumbre del nevado Uruashraju se mostraban
impresionantes y me daba la sensación de ser una minúscula piedra, ante tanta
magnificencia que nos ofrecía la Naturaleza.
Luego de tomar un ligero
refrigerio, Mauro nos alentó para subir la pesada cuesta morrénica; como
siempre, yo al último y delante de mí a unos 30 metros el amigo Ángel, que
comenzó a sentir la altitud, fuimos los que nos quedamos atrasados. En esta
cuesta recién comencé ha sentir el peso de la mochila y los zapatos de montaña.
Me detenía constantemente por el cansancio, ya no hacía fotografías. Meditaba
en mi interior y en una lucha personal me daba ánimo; ya no veía a los amigos
que iban adelante, y de rato en rato, con Ángel nos animábamos mutuamente.
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Benjamín Vicencio; Guía de Alta Montaña AGMP |
Todos habrían llegado al refugio
2 horas antes que yo, me faltaban unos 100 metros de camino zigzagueante y
sinuoso. Sentía latir muy fuerte mi corazón, que parecía querer salirse por mis
orejas, la boca se me secaba, pero miraba arriba y todos gritaban que ya
llegaba. No pude más, y me tiré por un rato en el camino. Luego sentí la
presencia de Benjamín Vicencio, que venía con una taza de té caliente; esto me
reanimó, él tomó mi mochila y se la llevó,…¡gracias
amigo!...le dije, y ya más aliviado continué. Fueron largas horas para mí,
de lucha conmigo mismo y con la Naturaleza. Había aprendido algo más para mis
futuros viajes de aventura montañera.
A las 3.30 de la tarde llegué al
refugio, todos me animaron y me invitaron una sopa caliente muy sabrosa, estaba
muy cansado y me sentía desfallecer. Mauro dijo que descansara dentro de mi
bolsa de dormir y me quedé en un profundo sueño de unas 2 horas. Luego
desperté, serían las 5.30 de la tarde; me sentía nuevo, ya no me dolía nada,
salí afuera del refugio y el espectáculo de la lengua glaciar tan cerca de
éste, me impresionó mucho. La cumbre estaba tapada por una espesa nube y dos
siluetas bajaban por el glaciar: eran Mauro y un francés, que habían ido a
recorrer la ruta para el día siguiente. Ahora me sentía alegre y muy animado.
Después de la cena, la tertulia fue muy amena con los amigos montañeros de
Francia, nos dormimos temprano para la jornada del día siguiente.
Nos levantamos muy temprano, el
tiempo se notaba muy malo, con nubes bajas que casi no dejaban ver el glaciar,
pensamos que mejoraría, pero no fue así. Mauro decidió que sería muy peligroso
escalar con este tiempo y nos dijo que deberíamos volver.
JCSF pisando el hielo en el glaciar del nevado Uruashraju el 9-Agosto-1976. Amaneció con tiempo malo para escalar, había mucha neblina y el guía Mauro, dijo que debíamos retornar. |
Antes con Ángel, decidimos
acercarnos más al hielo, para tocarlo y subirlo un poco, teníamos que sentir
esa primera sensación. Cuando estábamos muy cerca, tanteando con nuestras
picotas, al pasar por una parte arenosa, los dos nos hundimos unos 40
centímetros, mojándose nuestro pantalón. Había sido hielo derretido, tapado con
fina morrena. Buen susto que nos dimos y nos enseñó a ser cautos en estos
menesteres. Luego con Ángel subimos un poco, haciendo unos escalones en el duro
hielo para tomarnos unas fotos del recuerdo. El tiempo seguía malo y luego
cargamos nuestras mochilas para el retorno.
Ahora bajábamos todos muy rápido, pero yo siempre al último; de rato en rato, me detenía para apreciar la impresionante quebrada Pumahuacanca y meditar en mi interior sobre las experiencias que me habían sucedido en este viaje. Me sentía muy alegre y feliz, a pesar de no haber podido escalar la montaña; los hechos sucedidos me estaban reservando esa emoción para otra oportunidad.
La paradoja de todo esto; es que
años después, con la compañía de Mauro Arias como guía, Augusto Ortega Pacheco
y las hermanas Gloria y Nelly Cáceres Collazos, en una expedición del CACB, hice
mi primera cumbre en el nevado Santón de 5,256 m. (Recuay), el 9 de Julio de
1977.
Lo que es el destino...; justamente
el amigo y socio del CACB, Mauro Arias, desapareció el día 9 de Julio de 1980,
escalando con unos suizos el nevado Uruashraju (lugar donde yo hice mi bautizo en la nieve); tres años después, en
una fecha igual que cuando fui con él a ese nevado.
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Algunos socios del CACB fallecidos. |
Este relato de mi primera
experiencia en montaña, lo he dedicado a todos los socios de mi antiguo Club Andinista Cordillera Blanca-CACB de
Huaraz; compañeros de múltiples jornadas, con quienes aprendí a descubrir
los encantos que guarda “el reino de las
montañas”; ese espacio de libertad, de aire puro y de silencio, el reino de
las auroras y atardeceres subyugantes, donde se aprende a tener la libertad de
conducirse bien y a descubrir los sentimientos ocultos. Es también; un homenaje
especial, a los socios fallecidos que conocí, entre ellos: Curry Slaymaker (USA),
Michael Rourke (USA), Mauro Arias, Erick Matta Alvarado, Elena Vigo Ramos, Miguel
Sotomayor Castro y otros.
Al conmemorar los 50 años de fundación de nuestro querido Club, les dejo una invocación, que es como una plegaria montañera al ser supremo:
“No te pido Señor de las alturas vida feliz y eterna, de amores llena, tan sólo me permitas volver pueda, año tras año a mis viejos caminos de las montañas”. Un amigo montañero. JCSF
JCSF acomodando la mochila para bajar a la laguna Jahuacocha en la Cordillera Huayhuash; se ve la cara Oeste de los nevados: Ninashanca, Rondoy, Jirishanca y Yerupajá Chico. Pacllón-Bolognesi-Ancash. |
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